Primera comunión

Durante los primeros siglos de la Iglesia, todos los bautizados fueron admitidos a recibir la Santa Comunión—el Santo Sacramento del cuerpo y sangre del Señor. La primera vez en que uno recibió el Sacramento, fue en el día de su bautismo, y esto fue el caso para las personas de la tercera edad, adultos, jóvenes, niños, y también a infantes. En estos años, solo para asistir la Misa fue algo peligroso, porque en el Imperio Romano, para ser Cristiano era una ofensa penable con castigo a la muerte. En el siglo 4, en que el Emperador Constantino se convirtió de paganismo a Cristianismo, la persecución de los cristianos se terminó, y la Iglesia podía abrir sus puertas con seguridad, dando la bienvenida a toda la sociedad.
Con este nueva situación de seguridad para la Iglesia, llegaron nuevos problemas: antes, para ser Cristiano uno tenía que arriesgar su vida -- cada Cristiano tenía que estar preparado para morir por su Señor. Aunque, mucha gente empezaba asistir la Misa, también se quedaron miembros de los cultos paganos. Ellos recibían el Sacramento en la Iglesia cada domingo, y haciendo sacrifico a otros dioses en lunes. Y como uno puede imaginar, esto molestó a sacerdotes.
Los obispos empezaban a pensar en maneras para terminar estas prácticas, y guiar a los Cristianos a una comprensión más completa a los misterios de la Iglesia. Se dieron cuenta que, si los adultos recibían el Sacramento sin devoción, los hizo también pensar en los niños que todavía les faltaba un entendimiento del Sacramento.
A partir de esta transición, en varias partes de la Iglesia, los obispos comenzaron a pedir que un niño tenía que entender la diferencia entre el Santo Sacramento (una experiencia sagrada) y una comida normal. Y en esta edad, las iglesias empezaron la costumbre de hacer los servicios de la Primera Comunión, para niños entre las edades de seis o siete años.
De un punto de vista, la Primera Comunión es algo bueno para los niños, porque les dio la oportunidad de asistir clases para entender más de las doctrinas de la Iglesia, y entender la naturaleza del Santo Sacramento. Pero por otro lado, por la perspectiva teológica, esta práctica ignora el hecho que la gracia de Dios no es dependiente de nuestro entendimiento, si no su gracia y un ministerio más allá de nuestra comprensión. Los sacramentos nunca son cosas que hacemos por Dios, si no cosas que Dios hace por nosotros.
Ahora muchas iglesias Episcopales realizan la Primera Comunión que combina lo mejor de ambos mundos. Los infantes pueden recibir la santa comunión inmediatamente después de su bautismo, pero cuando llegan a los seis o siete años, empiezan clases especiales de teología de la Eucaristía--un tiempo de educación y reflexión en la naturaleza del Sacramento.
Con este nueva situación de seguridad para la Iglesia, llegaron nuevos problemas: antes, para ser Cristiano uno tenía que arriesgar su vida -- cada Cristiano tenía que estar preparado para morir por su Señor. Aunque, mucha gente empezaba asistir la Misa, también se quedaron miembros de los cultos paganos. Ellos recibían el Sacramento en la Iglesia cada domingo, y haciendo sacrifico a otros dioses en lunes. Y como uno puede imaginar, esto molestó a sacerdotes.
Los obispos empezaban a pensar en maneras para terminar estas prácticas, y guiar a los Cristianos a una comprensión más completa a los misterios de la Iglesia. Se dieron cuenta que, si los adultos recibían el Sacramento sin devoción, los hizo también pensar en los niños que todavía les faltaba un entendimiento del Sacramento.
A partir de esta transición, en varias partes de la Iglesia, los obispos comenzaron a pedir que un niño tenía que entender la diferencia entre el Santo Sacramento (una experiencia sagrada) y una comida normal. Y en esta edad, las iglesias empezaron la costumbre de hacer los servicios de la Primera Comunión, para niños entre las edades de seis o siete años.
De un punto de vista, la Primera Comunión es algo bueno para los niños, porque les dio la oportunidad de asistir clases para entender más de las doctrinas de la Iglesia, y entender la naturaleza del Santo Sacramento. Pero por otro lado, por la perspectiva teológica, esta práctica ignora el hecho que la gracia de Dios no es dependiente de nuestro entendimiento, si no su gracia y un ministerio más allá de nuestra comprensión. Los sacramentos nunca son cosas que hacemos por Dios, si no cosas que Dios hace por nosotros.
Ahora muchas iglesias Episcopales realizan la Primera Comunión que combina lo mejor de ambos mundos. Los infantes pueden recibir la santa comunión inmediatamente después de su bautismo, pero cuando llegan a los seis o siete años, empiezan clases especiales de teología de la Eucaristía--un tiempo de educación y reflexión en la naturaleza del Sacramento.
funerales La liturgia de difuntos es una liturgia de Pascua. Se encuentra todo su significado en la resurrección. Debido a que Jesús fue resucitado entre los muertos también nosotros seremos resucitados. La liturgia por lo tanto se caracteriza por la alegría en la certeza de que "ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor de Dios en Jesucristo
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matrimonio Aquellos que desean casarse deben reunirse con uno de los sacerdotes de la parroquia antes de coordinar una fecha en el calendario de la parroquia. En esta reunión, el sacerdote oficiante discutirá la petición de la pareja que se quiere casar, responde a cualquier pregunta a cerca del proceso de preparación, y aclara las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio cristiano. Si la novia o el novio se ha divorciado anteriormente, los requisitos específicos de LEER MÁS
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confirmación En el curso de formación cristiana, los bautizados a temprana edad se espera -cuando estén listos y se han preparado adecuadamente - hacer una afirmación de fe y compromiso con las responsabilidades de su bautismo, y de recibir la imposición de manos de el obispo. La confirmación es una elección intencional para profundizar la relación con Dios y tener una mayor participación en la comunidad de la iglesia. Para los jóvenes que se hayan LEER MÁS
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